La fragilidad es un poderoso predictor de discapacidad, hospitalización, caídas, pérdida de la movilidad y enfermedad cardiovascular.
Las caídas son un problema mayor de salud pública según la OMS.
Se impone la necesidad de:
- La detección precoz del riesgo de fragilidad y caídas.
- La intervención basada en la mejor evidencia científica disponible.
En el siguiente vídeo se desarrolla el algoritmo propuesto para tal efecto en el Documento de consenso sobre prevención de fragilidad y caídas en la persona mayor del SNS.
La detección oportunista comienza en Atención Primaria mediante la administración de la escala de Barthel a toda persona de 70 o más años que acude a consulta. Si la puntuación es inferior a 90 se procede a un cribado de fragilidad.
La prueba recomendada para ello es la SPPB (Short Physical Performance Battery). Los mayores que obtengan menos de 10 puntos se consideran frágiles y habrá que prescribirles un programa de ejercicio multicomponente con especial hincapié en el entrenamiento de fuerza. Independientemente de la puntuación, se debe valorar el riesgo de caídas y actuar en consecuencia.
Y tú, ¿cómo abordas la fragilidad de los mayores? ¿Qué programa de ejercicio recomiendas o sigues? Cuéntanos tu experiencia para enriquecer esta entrada 🙂
Fisioconectados 
La evaluación del riesgo de caídas requiere un enfoque integral e integrador, donde la HV es un co-factor clave en este tipo de evaluación, para a través de ella realizar un plan de acción e intervención transdisciplinaria para minimizar los riesgos reales y potenciales, donde la educación de las personas mayores es una INF en tiempos de vejez con pobreza sin fronteras.
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Hola Carlos, muchas gracias por el aporte. Estoy de acuerdo, la detección del riesgo de caída se engloba dentro de una valoración integral. De la misma forma, el abordaje puede implicar a muchos profesionales distintos que deben colocar en el centro del proceso a la persona mayor, para tomar decisiones compartidas y realistas. Un saludo.
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