Para celebrar los 1000 suscriptores en mi canal de YouTube, comparto con vosotros esta infografía sobre buenas prácticas en el tratamiento de la fractura de cadera. Está basada en el documento Rehabilitative Care Best Practice Framework for Patients with Hip Fracture (2018).
Si quieres profundizar en la rehabilitación de la fractura de cadera desde el punto de vista de un fisioterapeuta y una terapeuta ocupacional, te dejo también la charla que mantuve con Carmen Martínez, directora de Atención Integral a la Dependencia (AID).
Durante la misma abordamos temas como el impacto de la fractura de cadera, la movilización precoz, el tratamiento de fisioterapia en el domicilio y el binomio osteoporosis-caídas.
Mientras escribía la entrada Prótesis de cadera: el camino a la recuperación para lafisioterapia.net, revisé mis apuntes de la carrera para ver cómo había evolucionado la teoría desde 2000-2003 hasta ahora. Huelga decir que son apuntes tomados a toda pastilla y que en una hora o dos te tienen que exponer las ideas centrales de un tema, lo cual es tiempo insuficiente en muchos casos.
Esta infografía recoge las diferencias más importantes entre mis apuntes y la evidencia científica actual respecto al papel de la fisioterapia en la prótesis de cadera. Además remarca aspectos que no se mencionaron en la carrera y sí se desarrollan en la entrada anteriormente citada.
La comparativa aporta información relevante para pacientes y profesionales de la salud:
El mito de que la cadera se rompe primero y la persona se cae después queda derribado. En torno al 90% de las fracturas de cadera se producen tras una caída. Eso no quita que algunas personas tengan huesos más frágiles y propensos a romperse, tal y como se expone en Osteoporosis: una enfermedad pediátrica de consecuencias geriátricas.
Las tradicionales precauciones que se recomiendan a los pacientes tras la operación están en entredicho. Es un campo de investigación muy interesante puesto que con ellas podríamos estar retrasando la recuperación de los pacientes o empeorando su satisfacción.
El ejercicio terapéutico basado en el entrenamiento de fuerza progresivo, la mejora del rango de movimiento y las actividades funcionales es clave. La intensidad y dosificación han de ser suficientes para provocar efectos fisiológicos. No todo es andar.
La educación del paciente debe incluir a familiares y cuidadores y usar una combinación de métodos (verbal+materiales) con lenguaje sencillo e información precisa, accesible y práctica. Todo ello adaptado a las necesidades de aprendizaje del paciente.
Para finalizar, mis apuntes no tratan asuntos como la valoración, manejo del dolor, establecimiento de objetivos, niveles de atención, frecuencia y duración del tratamiento, prescripción de ejercicios en el hogar, etc. Todo ello sí se aborda en la entrada Prótesis de cadera: el camino a la recuperación. Por cierto, está escrita en forma de historia y estoy seguro de que los personajes te van a sonar.
Si en tus apuntes hay temas relacionados con la prótesis de cadera que han evolucionado, puedes dejar un comentario para enriquecer este artículo. También si te han operado y te sientes identificado con algo de lo descrito. ¡Muchas gracias de antemano!
Las actuales recomendaciones de actividad física para adultos mayores están destinadas a aquellos mayores que viven en la comunidad; fueron elaboradas desde una perspectiva de salud pública, atendiendo principalmente a la prevención de enfermedades no transmisibles. Sin embargo, la población que vive en residencias es más compleja y presenta características específicas como la limitación de la funcionalidad y la multimorbilidad. Por ello, los objetivos relacionados con el ejercicio para este colectivo deben centrarse más en el mantenimiento de la capacidad funcional y la mejora de la calidad de vida. En este sentido, de Souto Barreto et al. (1) han establecido un conjunto de recomendaciones para aumentar los niveles de actividad física de los residentes, y una serie de pautas de ejercicio basadas en la evidencia científica. Asimismo, ofrecen una lista de consejos para implementar estrategias de actividad física y ejercicio en las residencias de mayores.
De cara a disminuir el sedentarismo y aumentar los niveles de actividad física, los investigadores identifican elementos clave como la motivación, lo placentero de la actividad, la toma de conciencia por parte de residentes y profesionales y la evaluación de sus necesidades.
En cuanto a las recomendaciones de ejercicio físico, están orientadas a mejorar el desempeño en las actividades básicas de la vida diaria (ABVD). Se aplican a residentes dependientes en alguna ABVD pero que son capaces de caminar y/o levantarse de una silla con o sin ayuda. El entrenamiento multicomponente compuesto principalmente por ejercicios de fuerza muscular y de resistencia cardiorrespiratoria ha demostrado los mejores resultados en este grupo determinado. Incorporar ejercicios de equilibrio, coordinación y flexibilidad puede ayudar a alcanzar beneficios añadidos. Han de integrarse ejercicios específicos de cara a la ejecución de acciones relacionadas con las caídas: mantenerse de pie, sentarse, agacharse o iniciar la marcha; por ello es interesante incluir ejercicios en los que prime la potencia muscular o velocidad de contracción muscular.
Por último, para ayudar a implementar todas estas recomendaciones, los autores abogan por tener en cuenta la opinión de los residentes, usar los apoyos sociales, crear entornos estimulantes y educar e implicar a familiares y profesionales. La toma de decisiones a nivel de la organización de la residencia, de la empresa y de los sistemas de salud se antoja decisiva para aumentar los niveles de actividad física y ejercicio de los mayores que viven en residencias.
En la sección de comentarios podrías compartir las estrategias o programas de ejercicio que llevas a cabo en tu residencia o centro de mayores. También estamos abiertos a cualquier duda, crítica o aportación. Nos ayudará a todos a mejorar.
Referencias:
(1) de Souto Barreto P, Morley JE, Chodzko-Zajko W, H Pitkala K, Weening-Djiksterhuis E, Rodriguez-Mañas L, et al. Recommendations on Physical Activity and Exercise for Older Adults Living in Long-Term Care Facilities: A Taskforce Report. J Am Med Dir Assoc 2016 05 01,;17(5):381-392. https://doi.org/10.1016/j.jamda.2016.01.021
La detección oportunista comienza en Atención Primaria mediante la administración de la escala de Barthel a toda persona de 70 o más años que acude a consulta. Si la puntuación es inferior a 90 se procede a un cribado de fragilidad.
La prueba recomendada para ello es la SPPB (Short Physical Performance Battery). Los mayores que obtengan menos de 10 puntos se consideran frágiles y habrá que prescribirles un programa de ejercicio multicomponente con especial hincapié en el entrenamiento de fuerza. Independientemente de la puntuación, se debe valorar el riesgo de caídas y actuar en consecuencia.
Y tú, ¿cómo abordas la fragilidad de los mayores? ¿Qué programa de ejercicio recomiendas o sigues? Cuéntanos tu experiencia para enriquecer esta entrada 🙂
Según la OMS, la osteoporosis es una enfermedad sistémica caracterizada por una masa ósea baja y un deterioro de la microarquitectura deltejido óseo, que conducen a una mayor debilidad ósea y a un aumento del riesgo de fracturas.
Se trata de una enfermedad muy frecuente. Cerca de 3 millones de personas la padecen en España, la mayoría mujeres. A pesar de ello menos del 30% de los pacientes están diagnosticados y menos del 10% reciben tratamiento. Las fracturas por fragilidad son la consecuencia de la osteoporosis. Son más habituales en las vértebras, la cadera y el antebrazo y aumentan exponencialmente con la edad.
Debido a la aceleración de la pérdida de masa ósea durante la menopausia, la osteoporosis se percibe como una enfermedad que afecta predominantemente a las mujeres. Sin embargo en los últimos 20-30 años la incidencia de fracturas por osteoporosis está creciendo en Europa más rápido para hombres que para mujeres. Los factores hormonales siempre han centrado la atención de la investigación, la prevención y el tratamiento de la osteoporosis. Pero los estudios actuales indican que el ejercicio físico juega un importante papel en la salud del hueso tal y como se explica al final de esta entrada.