Actividad física: una definición menos estrecha

La actividad física se define tradicionalmente como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos que resulta en un gasto de energía”. Con esta definición de 1985, sus autores buscaban distinguir entre actividad física, ejercicio y fitness ya que eran términos que a menudo se confundían entre sí y se usaban de manera intercambiable. Esta distinción ayudaría a la hora de comparar estudios relacionados con la salud. Sin embargo, al centrarse en la epidemiología y en la salud, la definición no tenía en cuenta otros aspectos inherentes a la actividad física, como la cognición, la alfabetización física, la cohesión social, el ocio, el transporte o la educación, entre otros. 

Por ello, Joe Piggin se pregunta si esta definición no es demasiado estrecha. Afirma que la forma en que definimos las cosas importa. Delimita los fenómenos y sirve de base para las políticas. La decisión de intervenir o no en un problema social o de salud depende de cómo se enmarque el problema y de las medidas que se utilicen para entenderlo. 

Para él, la actividad física es una cuestión mucho más compleja:

  • Es inherentemente cerebral: abarca la cognición, las emociones, los afectos, la motivación. La actividad física está entrelazada con la mente humana como motivadora de la actividad, como procesadora central de la experiencia y como responsable de recordar y reflexionar sobre la misma. 
  • Es inherentemente social: nos movemos junto a otros, por necesidad, por placer o para competir. La actividad física es productiva, es creadora y creativa, impacta en la sociedad.  
  • Es inherentemente situada: se ve afectada por una gran variedad de valores culturales, condiciones económicas y entornos físicos. Unos son sinergistas de la actividad física y la facilitan y otros son antagonistas. A su vez, la forma en que las personas se mueven en un espacio determinado puede cambiar la forma en que este se usa. Existe una relación simbiótica entre personas, actividades y espacios.
  • Es inherentemente política: la política determina la financiación, los espacios y lugares y el conocimiento experto relacionado con la actividad física. Por ejemplo, decide los recursos dedicados a espacios públicos en los que se realiza actividad física. Por otra parte, elige las razones por las que promover la actividad física. Dar más importancia a unas razones por encima de otras es un acto inherentemente político que requiere de profunda reflexión. Por último, las normas y los valores de una sociedad determinan qué actividades son apropiadas o inapropiadas en cada contexto.

Nueva propuesta

Por todos estos motivos, Joe Piggin propone una definición más amplia e inclusiva. Dice que la actividad física:

“implica personas que se mueven, actúan y se comportan dentro de espacios y contextos culturalmente específicos, e influidos por una variedad única de intereses, emociones, ideas, instrucciones y relaciones”

Como podemos ver, dirige la atención hacia las personas moviéndose por encima de los músculos moviéndose. Además, al incluir los aspectos cognitivos, afectivos y situados, rompe con la impresión de que el cuerpo es una máquina separada de la mente o de su contexto. Cada persona tiene una experiencia de actividad física única, mediada por una amplia gama de factores intrínsecos y extrínsecos que son específicos para ella. 

La actividad física es creadora, como la realizada en cualquier disciplina artística. Es productora, como puede verse en los resultados de una actividad laboral. Es generadora de experiencias emocionales y memorables, como puede ser visitar París, una maratón, actuar en un teatro, jugar con los nietos, el sexo o descender un río en piragua. Todo ello contrasta con el énfasis en el gasto de energía de la definición tradicional. Mucho más es creado a través de la actividad física que lo que se gasta. 

Pese a que la actividad física va más allá de la salud, la mayoría de las veces, las causas por las se promueve están relacionadas con ella. Esta definición holística podría hacer más visibles los derechos y valores inherentes a la actividad física y hacer que tuviera una mayor prioridad en las políticas. 

Conclusiones

La actividad física engloba muchas actividades del día a día, algunas de ellas sencillas o significativas para las personas, que podemos erróneamente no considerar como actividad física y que por tanto podemos erróneamente despreciar a la hora de lograr nuestros objetivos: mejorar la calidad de vida, la salud, educar, investigar, dictar políticas, etc.

Joe Piggin no reivindica la certeza de su nueva definición. De hecho, anima a ampliar las fronteras de la actividad física, conversar críticamente, pensar qué contribuye a ella o qué se crea gracias a ella. Expone que “alejarse de la simplicidad reductora y acercarse a la maravillosa complejidad, contribuirá probablemente a una apreciación más profunda y una comprensión más matizada de la actividad física”. 

Y tú, ¿qué opinas?

Referencias

Buenas prácticas en la fractura de cadera

Para celebrar los 1000 suscriptores en mi canal de YouTube, comparto con vosotros esta infografía sobre buenas prácticas en el tratamiento de la fractura de cadera. Está basada en el documento Rehabilitative Care Best Practice Framework for Patients with Hip Fracture (2018).

Si quieres profundizar en la rehabilitación de la fractura de cadera desde el punto de vista de un fisioterapeuta y una terapeuta ocupacional, te dejo también la charla que mantuve con Carmen Martínez, directora de Atención Integral a la Dependencia (AID).

Durante la misma abordamos temas como el impacto de la fractura de cadera, la movilización precoz, el tratamiento de fisioterapia en el domicilio y el binomio osteoporosis-caídas.

Por cierto, en el aula virtual de AID puedes encontrar mi curso Actividad física y envejecimiento: un binomio necesario.

Como siempre, te animo a comentar esta entrada para enriquecerla con tu punto de vista y así aprender todos con todos. ¡Gracias!

Fisioterapia en la prótesis de cadera: apuntes vs. evidencia científica

Mientras escribía la entrada Prótesis de cadera: el camino a la recuperación para lafisioterapia.net, revisé mis apuntes de la carrera para ver cómo había evolucionado la teoría desde 2000-2003 hasta ahora. Huelga decir que son apuntes tomados a toda pastilla y que en una hora o dos te tienen que exponer las ideas centrales de un tema, lo cual es tiempo insuficiente en muchos casos.

Esta infografía recoge las diferencias más importantes entre mis apuntes y la evidencia científica actual respecto al papel de la fisioterapia en la prótesis de cadera. Además remarca aspectos que no se mencionaron en la carrera y sí se desarrollan en la entrada anteriormente citada.

La comparativa aporta información relevante para pacientes y profesionales de la salud:

  • Las tradicionales precauciones que se recomiendan a los pacientes tras la operación están en entredicho. Es un campo de investigación muy interesante puesto que con ellas podríamos estar retrasando la recuperación de los pacientes o empeorando su satisfacción.
  • El ejercicio terapéutico basado en el entrenamiento de fuerza progresivo, la mejora del rango de movimiento y las actividades funcionales es clave. La intensidad y dosificación han de ser suficientes para provocar efectos fisiológicos. No todo es andar.
  • La educación del paciente debe incluir a familiares y cuidadores y usar una combinación de métodos (verbal+materiales) con lenguaje sencillo e información precisa, accesible y práctica. Todo ello adaptado a las necesidades de aprendizaje del paciente.

Para finalizar, mis apuntes no tratan asuntos como la valoración, manejo del dolor, establecimiento de objetivos, niveles de atención, frecuencia y duración del tratamiento, prescripción de ejercicios en el hogar, etc. Todo ello sí se aborda en la entrada Prótesis de cadera: el camino a la recuperación. Por cierto, está escrita en forma de historia y estoy seguro de que los personajes te van a sonar.

Si en tus apuntes hay temas relacionados con la prótesis de cadera que han evolucionado, puedes dejar un comentario para enriquecer este artículo. También si te han operado y te sientes identificado con algo de lo descrito. ¡Muchas gracias de antemano!

Curso online «Actividad física y envejecimiento: un binomio necesario»

El 9 de marzo de 2020 comienza el curso online «Actividad física y envejecimiento: un binomio necesario«. Es un ilusionante proyecto que pondré en marcha en la plataforma de Atención Integral a la Dependencia. Tenemos un 10% de descuento si haces clic en «Me gusta» en la página de Facebook de Running Saludable 2.0 y después te inscribes en el curso y seleccionas en el precio «Miembro de Running Saludable».

En este curso queremos ayudarte a aumentar los niveles de actividad física que realizan las personas mayores.

Vas a adquirir conocimientos sobre los beneficios de la actividad física, la valoración previa necesaria y el establecimiento de objetivos.

Abordaremos la actividad física como un continuo. Daremos ideas para aumentar la actividad física de los mayores y disminuir el sedentarismo.

Aprenderás a prescribir ejercicio y a diseñar estrategias para superar barreras y aumentar la motivación y adhesión al ejercicio. 

Entenderás que las personas mayores deben desarrollar actitudes positivas y habilidades de cara a aumentar sus niveles de actividad física.

Hablaremos de inactividad física, determinantes sociales de la salud, envejecimiento activo y de conceptos como acumulación o compresión de la morbilidad.

Trataremos las recomendaciones de actividad física para personas que viven en residencias, formas de integrar el ejercicio en la rutina diaria y comprenderás cómo encaja la actividad física en la vida de las personas mayores.

Nos gustaría que compartieras tu experiencia y opiniones para así poder aprender todos con todos. Ya se sabe, el ejercicio es bueno…si se hace.

Matricúlate ahora mandando un e-mail a formacion@aidependencia.es o entrando en aidependencia.es

¿Por qué es necesario este curso?

En el actual marco de envejecimiento de la población el verdadero reto es mantener la autonomía y la independencia a medida que se envejece. Conservar una buena salud y conseguir años de vida libres de discapacidad es clave. Dentro de los factores de comportamiento y estilo de vida, la actividad física se erige como el pilar más determinante para el envejecimiento activo.

Es fundamental formar a los profesionales acerca de la actividad física en las personas mayores, sus beneficios, la valoración previa necesaria, la aplicación de las mejores prácticas y el diseño de estrategias para lograr el cambio de comportamiento. Estos profesionales pueden influir positivamente en su entorno más cercano, en las instituciones en las que desempeñan su labor y gracias a sus nuevos conocimientos, a Internet y a los dispositivos móviles podrán impactar en personas de distintos lugares y en distintos momentos.

Las instituciones y la sociedad necesitan líderes en el ámbito del envejecimiento que rompan con la visión negativa del mismo.

Mantenerse activo es una forma de estar en el mundo, de derribar los estereotipos de la vejez, de dar sentido a la vida, de tener un propósito, de entrar en contacto con otros, de conservar la salud y de superar barreras.

Finalmente es intención de este curso emplear las redes sociales para trascender más allá del mismo y transmitir conocimientos que en él se generen para así poder aprender todos con todos.

¡¡Te esperamos!!

Hablando de Osteoporosis en LaFisioterapia.net

Estoy bastante liado estos meses preparando novedades como el curso online Actividad y envejecimiento: un binomio necesario que saldrá a la luz en marzo de 2020. Pero me gustaría recuperar aquí una colaboración que tuve el placer de realizar en lafisioterapia.net para hablar de la osteoporosis, una enfermedad pediátrica de consecuencias geriátricas.

La entrada cuenta la historia de una mujer con osteoporosis que es visitada por la noche por tres seres, uno del pasado, otro del presente y otro del futuro. Se trata de una experiencia reveladora en la que la protagonista (1) toma conciencia de la importancia de realizar actividad física de carácter osteogénico en la infancia y adolescencia, (2) aprende que en la edad adulta el objetivo es evitar la pérdida ósea prematura y mantener un esqueleto sano, (3) comprende que la fractura osteoporótica suele ser la primera, principal y más grave manifestación clínica de la osteoporosis y (4) conoce en primera persona sus consecuencias así como el tratamiento mediante ejercicio físico multicomponente.

Así comienza Osteoporosis: una enfermedad pediátrica de consecuencias geriátricas:

Para seguir leyendo esta historia haz clic en: https://lafisioterapia.net/osteoporosis-enfermedad-pediatrica-consecuencias-geriatricas

Como siempre, los comentarios son bienvenidos para enriquecernos a todos. ¡Anímate a contar tu experiencia u opinión! 🙂

Recomendaciones sobre actividad física y ejercicio en residencias de mayores

Las actuales recomendaciones de actividad física para adultos mayores están destinadas a aquellos mayores que viven en la comunidad; fueron elaboradas desde una perspectiva de salud pública, atendiendo principalmente a la prevención de enfermedades no transmisibles. Sin embargo, la población que vive en residencias es más compleja y presenta características específicas como la limitación de la funcionalidad y la multimorbilidad. Por ello, los objetivos relacionados con el ejercicio para este colectivo deben centrarse más en el mantenimiento de la capacidad funcional y la mejora de la calidad de vida. En este sentido, de Souto Barreto et al. (1) han establecido un conjunto de recomendaciones para aumentar los niveles de actividad física de los residentes, y una serie de pautas de ejercicio basadas en la evidencia científica. Asimismo, ofrecen una lista de consejos para implementar estrategias de actividad física y ejercicio en las residencias de mayores.

De cara a disminuir el sedentarismo y aumentar los niveles de actividad física, los investigadores identifican elementos clave como la motivación, lo placentero de la actividad, la toma de conciencia por parte de residentes y profesionales y la evaluación de sus necesidades.

Recomendaciones para aumentar niveles de actividad física en residencias
Adoptar estrategias para interrumpir el sedentarismo de los residentes: establecer momentos de actividad cortos (2-5 minutos) 2 o 3 veces al día. 
Usar estrategias simples para estimular a los residentes a moverse: caminar hacia el comedor en lugar de usar sillas de ruedas para personas que pueden deambular y organizar actividades que requieran que los residentes salgan de sus habitaciones.
Evitar en lo posible las restricciones químicas y físicas porque resultan en reposo en cama y silla.
Optimizar la utilización de la arquitectura y equipamiento de las residencias para promover la movilidad.
Organizar actividades grupales que sean motivadoras y placenteras: cuidar el jardín, bailar, paseos en espacios verde, etc. Tener en cuenta las afinidades sociales así como intereses y preferencias.
Utilizar soluciones innovadoras, como el uso de intervenciones con animales y nuevas tecnologías.

En cuanto a las recomendaciones de ejercicio físico, están orientadas a mejorar el desempeño en las actividades básicas de la vida diaria (ABVD). Se aplican a residentes dependientes en alguna ABVD pero que son capaces de caminar y/o levantarse de una silla con o sin ayuda. El entrenamiento multicomponente compuesto principalmente por ejercicios de fuerza muscular y de resistencia cardiorrespiratoria ha demostrado los mejores resultados en este grupo determinado. Incorporar ejercicios de equilibrio, coordinación y flexibilidad puede ayudar a alcanzar beneficios añadidos. Han de integrarse ejercicios específicos de cara a la ejecución de acciones relacionadas con las caídas: mantenerse de pie, sentarse, agacharse o iniciar la marcha; por ello es interesante incluir ejercicios en los que prime la potencia muscular o velocidad de contracción muscular.

Entrenamiento con ejercicios para residentes dependientes en actividades básicas de la vida diaria, pero con capacidad de caminar o levantarse de una silla
Tipo de ejercicio: Entrenamiento multicomponente compuesto principalmente por ejercicios de fuerza muscular y ejercicios de resistencia cardiorrespiratoria. Agregar otros tipos de ejercicios, particularmente de equilibrio y flexibilidad, siempre que sea posible. Varias sesiones de entrenamiento de fuerza pueden ser necesarias para ganar fuerza, confianza y maestría, antes de introducir ejercicios de equilibrio y coordinación. Pueden integrarse ejercicios específicos de cara a la ejecución de acciones relacionadas con las caídas, tales como mantenerse de pie, sentarse, agacharse o iniciar la marcha; en este sentido es interesante incluir ejercicios en los que prime la potencia muscular o velocidad de contracción muscular.
Entrenamiento de fuerza, especialmente de miembros inferiores: 
Ejercicios con pesos libres.
Ejercicios aprovechando el propio peso del cuerpo (sentadillas, puntillas, flexiones en la pared, etc.).
Entrenamiento de resistencia cardiorrespiratoria: 
Caminar de forma continua o en varias tandas.
Circuitos con caminatas entre las que se intercalan otro tipo de ejercicios (por ejemplo de fuerza o equilibrio).
Entrenamiento de equilibrio:
Equilibrio estático: posición de tándem, semitandem, apoyo monopodal, mantenerse de puntillas o talones, etc.
Equilibrio dinámico: caminar sobre una línea con pasos normales o en tándem, cambios de dirección, zig-zag, etc.
Entrenamiento de flexibilidad: 
Ejercicios de movilidad articular para la fase de calentamiento.
Ejercicios de estiramiento para la fase de enfriamiento.

Intensidad del ejercicio: moderada.
Entrenamiento de fuerza: 8-10 ejercicios realizando 1 o 2 series de 13-15 repeticiones máximas.
Ejercicios de baja intensidad, hasta 20 repeticiones máximas, pueden ser necesarios especialmente en las primeras semanas del programa 
Ejercicios de alta intensidad, es decir 8-12 repeticiones máximas, pueden ejecutarse pero requerir una supervisión más estrecha.
Entrenamiento de resistencia cardiorrespiratoria: ejercicios que aumentan notablemente la frecuencia cardíaca y respiratoria, sin generar dificultad respiratoria o fatiga excesiva (puntuación de 5 o 6 en una escala de 10 puntos del esfuerzo percibido). 
Los ejercicios de intensidad leve parecen proporcionar algunos beneficios y deberían ser tenidos en cuenta para personas muy vulnerables y en el inicio de cualquier programa de ejercicio.
Se pueden ejecutar ejercicios de alta intensidad (puntuación de 7 u 8 en una escala de 10 puntos del esfuerzo percibido), pero es posible que requieran una supervisión más estrecha. 
Entrenamiento de equilibrio: incrementar progresivamente la dificultad de los ejercicios estáticos pero sobre todo dinámicos. Realizar los ejercicios con los ojos cerrados o con otras trabas sensoriales. 
Entrenamiento de flexibilidad: ejercicios de movilidad articular y estiramiento durante 10-30 segundos, solicitando al residente llegar al máximo de su capacidad sin que sea doloroso.

Frecuencia: dos veces por semana con al menos 48 horas entre sesiones. 
Menos de 2 veces puede no ser efectivo.
Más de 2 veces puede ser un objetivo difícil de alcanzar. Sin embargo 3 o más sesiones a la semana puede ser seguro y factible para residentes más en forma.
Duración: entre 35 y 45 minutos. 
Sesiones más cortas pueden ser necesarias durante las primeras semanas de ejercicio o en residentes muy vulnerables.
Sesiones más largas son factibles para la mayoría de las personas.

Por último, para ayudar a implementar todas estas recomendaciones, los autores abogan por tener en cuenta la opinión de los residentes, usar los apoyos sociales, crear entornos estimulantes y educar e implicar a familiares y profesionales. La toma de decisiones a nivel de la organización de la residencia, de la empresa y de los sistemas de salud se antoja decisiva para aumentar los niveles de actividad física y ejercicio de los mayores que viven en residencias.

Consejos para implementar las recomendaciones sobre actividad física y programas de ejercicio en residencias
Contar con los deseos, preferencias, creencias y actitudes de los residentes hacia las actividades físicas y el ejercicio.
Acordar objetivos retadores pero alcanzables.
Aprovechar el apoyo social como, por ejemplo, trabajar en grupo.
Crear entornos estimulantes:
Usar materiales de diferentes colores o texturas: pelotas, pesas, colchonetas, etc.
Usar música.
Usar entrenamientos de doble tarea.
Concienciar a familiares y profesionales de la salud (1) de la importancia de la actividad física y el ejercicio para los residentes y (2) de su rol para que se mantengan físicamente activos.
A nivel de la organización de la residencia:
Involucrar a familiares y profesionales de la salud en la “estrategia de ejercicio” para incrementar la adhesión del residente. 
Añadir programas de ejercicio personalizados en el plan de cuidados de todos los residentes, si no existe contraindicación. 
Definir estrategias para proveer incentivos a aquellos residentes que se ejercitan regularmente. Por ejemplo, recompensar a quienes asistan a las sesiones regularmente o hayan aumentado su participación. 
Determinar referentes en materia de ejercicio entre el personal de la residencia. 
Formar a voluntarios, familiares y trabajadores sobre cómo dirigir o colaborar en una sesión de ejercicio. 
A nivel tanto de la organización como de la empresa/sistema de salud: buscar estrategias que conciencien del potencial que tienen las residencias como lugares de prevención y promoción de la salud a través del ejercicio. Por ejemplo:
Aprovechar los espacios disponibles así como las habilidades, experiencia y conocimientos del personal. 
Abrir las puertas e invitar a la comunidad a ejercitarse en la residencia con los residentes.
Integrar voluntarios, incluso estudiantes, en la estrategia para aumentar la actividad física diaria (pasear, cuidar el jardín, etc.) y la adhesión a las sesiones de ejercicio, participando en ellas o dirigiéndolas. 
A nivel del sistema de salud deben debatirse políticas que faciliten la implementación de programas de ejercicio en las residencias. 
Establecer como un indicador de calidad de cuidados la organización exitosa de sesiones de ejercicio basada en guías de práctica clínica. 
Crear un distintivo, como “residencias en forma”, para aquellas residencias que organizan con éxito programas de ejercicio. 
Definir maneras de pagar o reembolsar los gastos derivados del programa de ejercicio.

En la sección de comentarios podrías compartir las estrategias o programas de ejercicio que llevas a cabo en tu residencia o centro de mayores. También estamos abiertos a cualquier duda, crítica o aportación. Nos ayudará a todos a mejorar.

Referencias:

(1) de Souto Barreto P, Morley JE, Chodzko-Zajko W, H Pitkala K, Weening-Djiksterhuis E, Rodriguez-Mañas L, et al. Recommendations on Physical Activity and Exercise for Older Adults Living in Long-Term Care Facilities: A Taskforce Report. J Am Med Dir Assoc 2016 05 01,;17(5):381-392. https://doi.org/10.1016/j.jamda.2016.01.021

Hablando de Movilización Precoz en LaFisioterapia.net

Unos meses atrás tuve el honor de colaborar en LaFisioterapia.net para hablar sobre la movilización precoz en personas hospitalizadas. La entrada narra una historia de superación en la que una abuela y su nieto descubren la importancia de adoptar un rol activo en la recuperación. Ambos comprenden que pequeños cambios pueden conllevar grandes beneficios para los pacientes. En esta aventura se aprende sobre las fast-track, la terapia ocupacional en el delirium, la fisioterapia en la UCI, el síndrome de fragilidad o la pijamitis. Pero sobre todo se invita a reflexionar acerca de si lo que estamos haciendo en nuestros hospitales y centros de cuidados es lo más correcto. Puede que sea necesaria una transformación que, en mayor o menor medida, está en tu mano. ¡Hazla posible!

Aquí comienza Una Historia de Movilización Precoz:

movilización precoz

Para seguir leyendo esta historia haz clic en: https://lafisioterapia.net/una-historia-de-movilizacion-precoz

Nos gustaría conocer tu opinión o experiencia sobre la movilización precoz en los pacientes hospitalizados. Siéntete libre de dejar tu comentario y debatir 🙂

La fisioterapia en geriatría, ¿avanza por buen camino?

El 22 de noviembre de 2017 tuvo lugar el simposio “Actualización del abordaje en fisioterapia en el ámbito de las residencias de mayores de la Comunidad de Madrid”. El auditorio estaba abarrotado, lo que da cuenta de la cantidad de fisioterapeutas que trabajan con personas mayores y de sus ganas de mejorar su formación y la atención que brindan. El evento fue impulsado por la Sección de Geriatría y Gerontología del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid. Esta entrada es una breve reflexión de los temas tratados para dar visibilidad a los campos de actuación de la fisioterapia en geriatría. Es importante hacerlo porque:

  • A nivel individual todos esperamos ser mayores algún día.
  • A nivel familiar y de la comunidad todos tenemos mayores a nuestro cargo o sobre los que podemos influir.
  • A nivel poblacional, aumentar la esperanza de vida libre de discapacidad es el auténtico reto que afrontaremos en las próximas décadas de cara a la supervivencia del sistema de pensiones y protección social.

Queda pendiente enlazar las presentaciones cuando tengamos acceso. Hasta entonces, las ponencias fueron las siguientes:

Fisioterapia acuática para la prevención de caídas en el adulto mayor

El Dr. Javier Güeita abrió el simposio con una línea de investigación que analiza los resultados positivos de la fisioterapia acuática para la prevención de caídas en personas mayores. Introdujo el concepto del Ai Chi:

Técnica en la que el fisioterapeuta enseña verbal y visualmente una combinación de movimientos de miembros superiores, inferiores y tronco con un ritmo lento y coordinado que la persona debe realizar en bipedestación dentro de la piscina.

La primera condición es saber flotar y mantener la verticalidad para no tener que ejercer de salvavidas. A partir de ahí, el enlentecimiento de los movimientos ayuda a perder el miedo a caer lo que permite desplazarse y recuperar sensaciones inexploradas desde hace tiempo. A algunos mayores les cambia la cara gracias a ello, incluso personas con algún tipo de demencia. 

El trabajo es individualizado para asegurar la ejecución correcta de las pautas y evitar incidentes en la piscina. Equilibrio, fuerza, cambios de dirección, marcha y giros son aspectos entrenables bajo la confianza y seguridad que otorga el medio acuático. En uno de los casos planteados, la cooperación con los terapeutas ocupacionales era muy interesante ya que se reproducía el entorno cotidiano del anciano dentro de la piscina y le permitía ensayar situaciones que simulaban su realidad.

¿Por qué un fisioterapeuta en la gestión?

La idea que quedó clara por parte de Olga Cures es que si no estamos dentro del sistema de gestión nos será muy difícil realizar cambios, que nos tomen en cuenta y traslademos lo que funciona a la atención diaria. Todos dentro de la profesión podemos pensar que algunos temas son obvios y no entendemos por qué no se ponen en práctica determinadas medidas. En este sentido debemos ser autocríticos y hacer un ejercicio de apertura; por un lado para mostrar lo que es eficaz, por qué lo es y cómo implantarlo, y por otro para conocer (1) el entramado de factores por el que no es tan fácil hacer cambios y (2) los puntos de vista del resto de profesionales. Gracias a ello, los fisioterapeutas nos cargaremos de argumentos para influir en el equipo de gestión o formar parte de él. Sea como fuere, el paciente saldrá ganando.

Fisioterapia en el ictus, ¿qué nos dice la evidencia?

Espero poder enlazar esta presentación pronto por el gran repaso realizado por el Dr. Juan Carlos Zuil respecto a la fisioterapia en el ictus. Sin menoscabar ese trabajo, esta ponencia puso en valor el uso de las Guías de Práctica Clínica (GPC) gracias a las que nos ahorramos el trabajo sucio.

Las GPC son documentos informativos que incluyen recomendaciones que pretenden optimizar la atención a los pacientes, que están basados en una revisión sistemática de la evidencia y una evaluación de los beneficios y riesgos de las diferentes alternativas.

Podemos encontrarlas en la base de datos PEDro, en GuiaSalud o buscando guías por países que aclaren de forma más específica el papel del fisioterapeuta. Sin embargo, Gaminde y Hermosilla (2012) advierten que:

  • No todos los documentos que se autodenominan GPC realmente lo son.
  • Existe una gran variabilidad en la calidad de las GPC y en sus recomendaciones para un mismo tema.
  • Decir que lo pone en las GPC no es sinónimo de recomendación sólida. Hay que fijarse en el nivel de evidencia científica para cada recomendación.
  • Las GPC hacen recomendaciones generales pero siempre hay que valorar si son adecuadas en cada paciente concreto.
  • Queda por resolver en qué manera se puede incorporar la visión de los pacientes a las GPC.

Afortunadamente algunas organizaciones han desarrollado procesos estructurados de elaboración de GPC que garantizan la calidad del proceso. Existen dos aspectos clave en las GPC:

  • Los niveles de evidencia son escalas que clasifi€can, jerarquizan y valoran la evidencia disponible, de tal forma que se puedan emitir juicios de recomendación.
  • Los grados de recomendación se establecen a partir de la calidad de la evidencia y del beneficio neto (beneficios menos perjuicios) de la medida evaluada.

Debemos tener precaución pues Manterola y Zavando (2009) afirman que “en principio, la idea principal fue dar directrices para que el conocimiento más válido sea conseguido de manera expedita por el clínico. Paradójicamente, el desarrollo de múltiples propuestas de clasificar la evidencia y formular recomendaciones (…) ha llevado consigo confusión e incomprensión por parte de los clínicos, quienes ven en esta gran variedad de opciones más conflictos que ayuda al desarrollo de la práctica profesional”.

Trabajo de fuerza y ventajas en el mayor

La ponencia del Dr. José Antonio Martín Urrialde llamó la atención sobre la importancia del trabajo de fuerza en los mayores. Una de las razones fundamentales es la sarcopenia, síndrome caracterizado por la pérdida gradual y generalizada de la masa muscular esquelética y la fuerza con riesgo de presentar resultados adversos como discapacidad física, calidad de vida deficiente y mortalidad. Para su diagnóstico se recomienda utilizar la presencia de una masa muscular baja y una función muscular deficiente (fuerza o rendimiento).

DIAGNÓSTICO DE SARCOPENIA: MASA MUSCULAR BAJA + MENOR FUERZA MUSCULAR o MENOR RENDIMIENTO FÍSICO

La sarcopenia puede ser primaria (relacionada con la edad) cuando no hay ninguna otra causa evidente salvo el envejecimiento, mientras que se considera secundaria cuando hay otras causas evidentes:

  • sarcopenia relacionada con la actividad: consecuencia del reposo en cama, sedentarismo o desacondicionamiento físico.
  • sarcopenia relacionada con enfermedades: fracaso orgánico avanzado, enfermedades inflamatorias, endocrinas o neoplasias.
  • sarcopenia relacionada con la nutrición: ingesta insuficiente de energía/proteínas por malabsorción, trastornos digestivos o medicamentos que reducen el apetito.

En el entrenamiento de fuerza en mayores es muy relevante (1) la precisión de la prescripción, (2) la especificidad del gesto para integrarlo en el desarrollo normal de movimiento y (3) trabajar bajo un umbral de seguridad: 60-70% de la frecuencia cardíaca máxima y 70% de 1RM. La repetición máxima (RM) es el peso máximo que cada quien puede elevar solamente una vez en determinado movimiento o ejercicio.

Para finalizar, se ofrecieron dos propuestas de las que queda pendiente confirmar la referencia bibliográfica:

  1. Entrenamiento destinado al desarrollo de fuerza:
    • 2-4 sesiones/semana.
    • 3 series x 10 repeticiones al 60-70% de la 1RM y al 70% de la FCMáx.
    • Ritmo lento.
    • Si la persona es mayor de 70 años el número de sesiones por semana tenderá a 2 y al revés.
  2. Entrenamiento destinado al desarrollo de stamina:
    • 2-6 sesiones/semana.
    • 2-4 series x 10-20 repeticiones al 40-50% de la 1RM y a menos del 70% de la FCMáx.

La stamina, según el diccionario Cambridge, es la fuerza física y/o mental para hacer algo que podría ser difícil y tomará mucho tiempo.

Rehabilitación funcional en el ámbito residencial

Sergio Sarro me hizo reflexionar que las residencias para mayores son uno de los pocos centros de atención en los que un equipo interdisciplinar rodea al paciente a diario. Esto permite (1) una intervención con diversos puntos de vista que se complementan o combinan así como (2) el seguimiento de los resultados casi en directo y en el entorno habitual de la persona. Es una idea muy potente que no sé si los profesionales llegamos a apreciar lo suficiente.

En la medida en que seamos capaces de hacer valer este trabajo conjunto, darlo a conocer y elevarlo a la máxima excelencia posible, los trabajadores del ámbito geriátrico tendremos más razones y posibilidades de aspirar a mejorar nuestro reconocimiento profesional y condiciones.

Programas de intervención según la dependencia

La variedad de pacientes que trata el fisioterapeuta de una residencia de mayores y el día a día del departamento fue el eje central de la ponencia de María del Pilar Viscarolasaga. Todos pudimos vernos reflejados en algún momento. Por ejemplo al hablar de lo que significa la figura del fisioterapeuta para los mayores o de la confianza que depositan en nosotros cuando nos cuentan cosas que no comparten con otros compañeros; información que, si es necesario, trasladamos al profesional correspondiente por el bien del residente.

Destacó también el recordatorio sobre los 3 grados de dependencia establecidos por la Ley 39/2006 de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia. A saber:

  • Grado I: Dependencia moderada.
    • La persona necesita ayuda al menos UNA VEZ al día para realizar varias ABVD, o bien tiene necesidades de APOYO INTERMITENTE para su autonomía personal.
  • Grado II: Dependencia severa.
    • La persona necesita ayuda DOS O TRES VECES al día para realizar varias ABVD pero no quiere el apoyo permanente de un cuidador, o bien tiene necesidades de APOYO EXTENSO para su autonomía personal.
  • Grado III: Gran Dependencia.
    • La persona necesita ayuda VARIAS VECES al día para realizar varias ABVD y necesita el APOYO INDISPENSABLE Y CONTINUO de otra persona, o bien tiene necesidades de APOYO GENERALIZADO para su autonomía personal.

Desde 2012 dejaron de existir los niveles dentro de cada uno de los grados.

Programa de ejercicios Otago: ejercicios de fuerza y equilibrio para la prevención de caídas

El programa de ejercicio Otago (OEP) es un programa de fuerza y ​​reentrenamiento del equilibrio diseñado para prevenir las caídas en las personas mayores que viven en la comunidad. Una revisión sistemática en 2010 concluyó que el OEP reduce significativamente el riesgo de muerte y caída en adultos mayores que viven en la comunidad. María Jara mostró la secuencia de ejercicios y su ejecución correcta.

Factores de riesgo de caída modificables más frecuentes

Es fundamental investigar para conocer qué funciona realmente para prevenir caídas en las personas mayores ya que estas son consideradas por la OMS como un problema mayor de salud pública. Otro proyecto cuya finalidad es prevenir la fragilidad y caídas en mayores de 70 años a través de un programa de ejercicio multicomponente es Vivifrail.

Poco más que añadir, hay que darse cuenta de que las herramientas que necesitamos y que funcionan no requieren máquinas extraordinarias ni instalaciones punteras. Así que manos a la obra.

Tratamiento del suelo pélvico en el paciente de la tercera edad

I. Incontinencia urinaria (IU)

Desde el principio, la Dra. Cristina Naranjo dejó claro que el gold standard del tratamiento conservador en la IU es el fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico (MSP) mediante ejercicios con el objetivo de aumentar el control de la vejiga. Esto es de suma importancia porque los fisioterapeutas podemos ayudar a muchos pacientes con tratamientos sencillos y sustentados por evidencia científica.

La IU se define como cualquier pérdida involuntaria de orina. Aunque su prevalencia es alta se sabe que está infradiagnosticada porque no se reportan todos los casos quizás por vergüenza o quizás porque se cree erróneamente que es una consecuencia normal del envejecimiento. El impacto negativo de la IU sobre la calidad de vida está bien documentado; las personas que la padecen pueden abandonar aficiones, aislarse, limitar su práctica deportiva y sexual, ver disminuido su autoestima, sufrir depresión, apatía o tener problemas laborales (Robles, 2006).

Durante la ponencia se planteó el tratamiento de los 3 tipos principales de IU:

  • IU de esfuerzo es la fuga asociada a un esfuerzo físico que provoca una aumento de la presión intraabdominal como toser, reír, correr, etc. El mejor tratamiento en este caso consiste en la tonificación de la MSP y la electroestimulación de baja frecuencia.

  • IU de urgencia es la fuga precedida o acompañada de la aparición súbita de un deseo miccional claro e intenso, difícil de retrasar. El tratamiento se centra en la reeducación miccional y la electroestimulación de media frecuencia.

  • IU mixta es una mezcla de las dos anteriores. Su tratamiento dependerá del componente que el paciente tolera peor.

II. Retención urinaria crónica (RUC)

Por otro lado se expuso el abordaje de la RUC, definida como la existencia de una vejiga no dolorosa en la que hay un residuo post-miccional elevado de forma crónica por imposibilidad de un vaciado completo. Se recomiendan al menos 3 meses de tratamiento conservador para devolver a la vejiga a una función normal mediante:

  • Entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico con técnicas de relajación.
  • Biofeedback.
  • Electroestimulación.
  • Otras ayudas: tratamiento conductual, cambios en el estilo de vida, cateterización limpia intermitente.
III. Tonificación de la musculatura del suelo pélvico

La tonificación de la MSP consiste en:

  1. Inspirar lentamente por la nariz con los músculos abdominales y del suelo pélvico relajados.
  2. Mientras se espira lentamente por la boca: contraer la parte inferior del abdomen en un gesto de meter tripa, contraer el abdomen y mantener esa contracción hasta finalizar la espiración: entre 8 y 14 segundos.
  3. Descansar mientras se vuelve a inspirar.
IV. Programa de entrenamiento del suelo pélvico

La tonificación debe incorporarse dentro de un programa de entrenamiento del suelo pélvico que debe incluir la estimulación de los barorreceptores de la MSP y prevenir la fatiga muscular para evitar un empeoramiento temporal del cuadro que haga que el paciente abandone el tratamiento. La pauta es la siguiente:

  1. Control postural con coactivación de la MSP y transverso del abdomen.
  2. Fortalecimiento de MSP: 15-30 repeticiones de la secuencia anteriormente expuesta, mínimo 3 veces al día.

Al finalizar la exposición, la ponente avisó sobre la falta de evidencia de la técnica abdominal hipopresiva para tratar enfermedades del suelo pélvico por lo que no hay base para ser recomendada a estos pacientes.

Papel de la fisioterapia en el entorno del paciente con enfermedad de Alzheimer

Laura Castro recordó la importancia de trabajar con los familiares y cuidadores de los pacientes con enfermedad de Alzheimer y otras demencias o situaciones de dependencia. 

A la pregunta: ¿quién cuida a quien en España? El patrón principal de cuidado informal es: mujer de edad intermedia cuida a mujer mayor de 65 años, y también a hombre de esa misma edad. Pero también podemos apreciar un elevado porcentaje de mayores de 65 años cuidando a mayores de 65 años.

Patrones de cuidado informal. Quién cuida a quién

Parece clara la necesidad de contar con los familiares para trasladar las mejores prácticas de cuidado a los domicilios y que adquieran conocimientos, actitudes y habilidades a través de programas de educación para la salud basada en habilidades. Este abordaje beneficia al paciente y al cuidador puesto que le ayuda a gestionar el proceso.

Los grupos de apoyo de cuidadores juntan a personas con preocupaciones y ocupaciones semejantes lo que posibilita la puesta en común de ideas sobre cómo manejar las dificultades del día a día y evitar así el síndrome del cuidador quemado. Estos grupos serán más provechosos si se rodean de profesionales de la salud que les guíen en la trascendencia de cuidarse además de cuidar: mejorar su condición física y la alimentación, aprender a pedir ayuda, a decir que no, a descansar y no olvidar que deben fomentar la autonomía de los mayores.

La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ofrece un curso online y gratuito para cuidadores de personas mayores dependientes.

Marcha patológica

La Dra. Carmen Martínez repasó con detalle los tipos de marcha patológica más frecuentes en el anciano. Describir cada uno de ellos es demasiado por lo que solo trataré la marcha “normal” del anciano. Si bien no todos los ancianos cambian su patrón de la marcha, el miedo a caer y el deterioro físico asociado a la edad hace que podamos encontrar en ellos una serie de peculiaridades:

La marcha del adulto mayor es más lenta. Se caracteriza por una fase de balanceo menor a expensas de una fase de doble apoyo aumentada, es decir, existe una acortamiento del paso por reducción del tiempo de avance de la pierna. Esto hace que el centro de gravedad esté más tiempo entre los pies lo que favorece la estabilidad. Las extremidades superiores reducen su balanceo. El desplazamiento vertical del tronco disminuye. En cuanto a la postura, existe una proyección hacia delante de la cabeza y flexión de tronco, caderas y rodillas.

Según el tratado de geriatría para residentes de la SEGG existen diferencias ligadas al sexo:

  • Las mujeres ancianas tienen una velocidad de la marcha y longitud del paso menor que los varones. La base de sustentación es más pequeña. El impacto del pie sobre el suelo es más enérgico por falta de control muscular. La tendencia al valgo coloca al fémur en una posición más favorable para la fractura.
  • Los hombres ancianos tienen una base de sustentación mayor que las mujeres, su postura es más inclinada con importante flexión de los codos y rodillas y disminución del braceo. Tanto la fase de apoyo como la de separación del pie se prolongan y la anchura de la zancada es mayor.

Para la evaluación del equilibrio y la marcha existen una serie de pruebas especiales además de la observación subjetiva. De nuevo sería muy extenso describir todas, tenéis acceso a muchas de ellas y su explicación en este enlace. Por su facilidad y rapidez citaré tres:

  • Test Timed Up and Go: el paciente debe levantarse de una silla sin usar los brazos, caminar tres metros en línea recta, girar y regresar a sentarse en la silla sin utilizar los brazos, controlando el tiempo de realización. El tiempo mayor a 14 segundos se asocia a mayor riesgo de caídas.
  • Test de velocidad de la marcha en 6 metros: se mide el tiempo que tarda el paciente en recorrer 6 metros en línea recta. Una velocidad menor de 0,8 m/s predice problemas de movilidad y caídas.
  • Test de alcance funcional: mide la distancia que un paciente puede alcanzar con su brazo extendido mientras permanece de pie sin desplazar sus pies. Este test predice caídas cuando es menos de 10 cm.

Conclusiones del simposio

La fisioterapia en geriatría aboga por tratamientos activos que implican al paciente y se apoyan en la evidencia científica y la búsqueda de su aplicación en condiciones reales. El papel del fisioterapeuta como educador para la salud fue reclamado tanto en la promoción como en la prevención, asistencia y rehabilitación. Es necesario alinearnos con profesionales y colectivos para potenciar estos mensajes, ya sean médicos geriatras u otras especialidades, terapeutas ocupacionales, graduados en ciencias de la actividad física y del deporte, maestros, enfermeros, animadores socioculturales, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería, psicólogos, educadores sociales, podólogos, etc.

La fisioterapia mejora la calidad de vida de las personas mayores a coste bajo gracias al mantenimiento o recuperación de su funcionalidad, término en el que debe medirse la salud de los mayores. Gracias a ello puede ahorrar mucho dinero a los países, pero hay que invertir en esta línea de actuación y promocionarla.

Para la próxima ocasión estaría bien tocar temas como:

  • La fragilidad.
  • El sistema nervioso y no solo el músculo al entrenar la fuerza y potencia muscular.
  • Las restricciones físicas y medidas alternativas.
  • Los productos de apoyo.
  • Estrategias para tratar a los pacientes con deterioro cognitivo.
  • El dolor en los mayores.
  • El fomento de políticas y entornos activos.

Si alguien estuvo en el simposio sería interesante conocer su opinión y la del resto de profesionales de la salud, pacientes y cuidadores.

Espero vuestros comentarios 🙂

Los sMOOC, una oportunidad de educación para la salud basada en habilidades

Esta semana he presentado junto a Oskar Almazán la ponencia: Los sMOOC, una oportunidad de educación para la salud basada en habilidades. Dicha aportación ha formado parte del simposio 25 en el VII Congreso Internacional de Investigación en Comunicación e Información Digital. Comparto con vosotros el vídeo y el resumen:

Resumen de la ponencia:

La educación tradicional no satisface las demandas de la nueva sociedad hiperconectada. Por ello cada vez más personas deciden formarse de manera autónoma atendiendo a sus necesidades, buscando una experiencia a medida. Las cuestiones de salud no son una excepción. El aprendizaje ubicuo puede ser el medio para romper con el discurso clásico que proyectan las grandes industrias de la salud, la alternativa disponible a los viejos valores culturales transmitidos inicialmente a través de la escuela y dirigidos a la reproducción de una sociedad que entiende la salud como fin y no como un medio para conseguir otros grados de felicidad y bienestar.

Tabaquismo, alcohol, dieta no saludable e inactividad física son los principales factores de riesgo que se identifican en niños y adultos para desarrollar enfermedades no transmisibles, las cuales causan el 70% de las muertes a nivel mundial. Importantes marcas y empresas relacionadas con ellos han trasladado su discurso a la web social, copando la conversación global mientras envuelven su mensaje en una falsa interactividad que parece otorgar al ciudadano un rol protagonista. Además, la infoxicación y la falsa información dificultan la adopción de comportamientos saludables. Por tanto los esfuerzos educativos para desarrollar habilidades en pro de la salud deben dirigirse más allá de la etapa académica, fomentando el aprendizaje a lo largo de la vida.

Los sMOOC ofrecen una nueva oportunidad a esta educación para la salud basada en habilidades. Estos cursos se concentran en conceptos como la equidad, la inclusión social, la accesibilidad, la calidad, la diversidad, la autonomía y la apertura. Dichas características les convierten en un entorno adecuado para adquirir y poner en práctica conocimientos, actitudes y habilidades que ayuden a los participantes a tomar buenas decisiones sobre salud. Un ejemplo de la viabilidad de esta idea es el sMOOC Running Saludable 2.0 del proyecto europeo ECO.

En los próximos meses se publicará el artículo completo junto al resto de ponencias para poder compartirlo con vosotros.


Queremos conocer tu opinión sobre la propuesta así que te animamos a que dejes tus comentarios. Si tienes alguna idea en mente y podemos ayudarte a sacarla adelante no dudes en contactar con nosotros. La educación y la salud son nuestros objetivos.

 

 

¿Qué funciona realmente para prevenir caídas en personas mayores?

Las caídas son un problema mayor de salud pública. El 28-35% de los mayores de 65 años se caen al menos una vez al año, siendo este grupo de edad quienes más caídas mortales sufren. La cifra se eleva en personas institucionalizadas hasta el 30-50%. Que los ancianos se caigan es habitual pero no quiere decir que sea normal. Existe una gran cantidad de factores de riesgo que se relacionan entre sí: ambientales, socioeconómicos, comportamentales y biológicos. Varios son modificables, por tanto es posible afirmar que muchas de las caídas de los mayores son evitables con intervenciones que se ajusten a las características de dicha población.

Las estrategias preventivas deben abarcar diversos aspectos:

  • educación individual y comunitaria para concienciar del problema.
  • capacitación de los profesionales sanitarios y cuidadores.
  • creación de entornos más seguros.
  • priorización de investigación relacionada con caídas.
  • establecimiento de políticas eficaces para reducir riesgos.
  • exploración de los factores de riesgo para aplicar medidas eficaces basadas en evidencia.

Es importante definir la población a la que van dirigidas las estrategias ya que no todas funcionan en toda clase de mayores. Una excelente manera es diferenciar entre aquellos que viven en la comunidad con alto o bajo riesgo de caídas, los institucionalizados y los hospitalizados.

INTERVENCIONES EFECTIVAS PARA PREVENIR CAÍDAS DE ANCIANOS QUE VIVEN EN LA COMUNIDAD

En 2015, la Cochrane publicó una revisión para establecer qué intervenciones de prevención de caídas son efectivas para las personas mayores que viven en la comunidad. Estas fueron las conclusiones:

  • Los programas de ejercicio en grupo y en el hogar reducen efectivamente las caídas. Suelen incluir entrenamiento de fuerza y equilibrio. El Tai Chi también reduce el riesgo de caídas aunque es menos efectivo en personas con alto riesgo.
  • Las intervenciones multifactoriales disminuyen el número de caídas pero no el riesgo. Estas se basan en una evaluación y acción individualizada realizada normalmente por un equipo multidisciplinar.
  • Las actuaciones para mejorar la seguridad del hogar disminuyen la tasa de caídas y el riesgo de caída, sobre todo en aquellos con alto riesgo y cuando son llevadas a cabo por terapeutas ocupacionales.
  • La toma de suplementos de vitamina D no parece reducir las caídas, aunque sí lo hace en aquellos que tenían niveles bajos antes del tratamiento.
  • Hay evidencia limitada de que la retirada gradual de determinados fármacos psicotrópicos disminuye las caídas.
  • La cirugía de cataratas reduce las caídas. Hay que tener especial cuidado mientras los mayores se adaptan al uso de gafas nuevas.
  • La colocación de un marcapasos puede reducir las caídas en personas con caídas frecuentes asociadas con hipersensibilidad del seno carotídeo
  • En personas con dolor de pie incapacitante, la evaluación del calzado, el uso de plantillas personalizadas, ejercicios de tobillo y pie y acudir regularmente al podólogo redujo el número de caídas pero no el de personas que se caen.

El mismo año, Stubbs et al. (2015) en una revisión general de meta-análisis de ensayos controlados aleatorios sobre qué funciona para prevenir caídas en ancianos que viven en la comunidad, concluyen que: 

“Hay evidencia consistente que sugiere que el ejercicio está asociado con una reducción en la tasa, el riesgo y las probabilidades de caídas (incluyendo las caídas que resultan en lesión), afirmando así la posición central de los fisioterapeutas para liderar los esfuerzos internacionales para prevenir las caídas. También hay evidencia consistente con respecto a la eficacia de las intervenciones multifactoriales”.

INTERVENCIONES EFECTIVAS PARA PREVENIR CAÍDAS DE MAYORES EN RESIDENCIAS Y HOSPITALES

Sin embargo, las recomendaciones aportadas no se dirigen a los mayores que viven en residencias o que están ingresados en hospitales. A continuación se exponen algunas publicaciones con intervenciones que sí están dirigidas a ellos.

En 2011, Church et al. realizaron una evaluación económica de las estrategias de prevención de caídas en mayores que vivían en centros residenciales y concluyeron que lo más costo-efectivo era la revisión de la medicación y la suplementación con vitamina D, seguido de las intervenciones múltiples

En 2012, la Cochrane publica “Interventions for preventing falls in older people in care facilities and hospitals” y concluye que:

En residencias:

  • la prescripción de vitamina D disminuye el número de caídas.
  • la efectividad del ejercicio es incierta debido a los resultados contradictorios, posiblemente asociados con las diferencias en las intervenciones y los niveles de dependencia.
  • las intervenciones multifactoriales pueden ser eficaces para reducir el número de caídas.

En hospitales:

  • los ejercicios supervisados por fisioterapeutas reducen el número de personas que se caen pero no significativamente el número de caídas.
  • las intervenciones multifactoriales reducen el número de caídas.

En 2013, Silva et al. publican en JAMDA: “Exercise for Falls and Fracture Prevention in Long Term Care Facilities: A Systematic Review and Meta-Analysis”. Entre las conclusiones se expone que el ejercicio físico es efectivo para reducir caídas en mayores institucionalizados solo si se usa una combinación de diferentes tipos, incluyendo siempre el trabajo de equilibrio. El ejercicio es más efectivo si se hace 2-3 veces a la semana durante más de 6 meses. 

En 2015, Stubbs et al. hacen una revisión general de meta-análisis y revisiones sistemáticas para analizar qué funciona para prevenir caídas en mayores que viven en residencias o están en el hospital. Recomiendan las intervenciones multifactoriales como el método óptimo para reducir caídas en ambos medios aunque la evidencia es limitada. Explican que aunque el ejercicio muestra una evidencia equívoca en ancianos institucionalizados, hay que ponderar los hallazgos de Silva et al. comentados en el párrafo anterior porque la calidad de las investigaciones solo ha mejorado recientemente y ellos han intentado atajar incertidumbres de anteriores meta-análisis. Además afirman que la suplementación con vitamina D puede resultar útil en mayores que viven en centros de cuidados para prevenir caídas, pero por sí misma no puede recomendarse como una intervención primaria.

En 2016, Sherrington et al. actualizan su meta-ánalisis y revisión sistemática acerca del ejercicio para prevenir caídas en personas mayores. Plantean que el ejercicio como única intervención no puede recomendarse como una estrategia de prevención de caídas en ancianos que viven en residencias. Sin embargo, afirman que el ejercicio forma parte clave de actuaciones que, junto con la educación del personal y la revisión del entorno, sí que han mostrado su potencial a la hora de prevenir caídas.

Ese mismo año, González-Román et al. (2016) publican en la Revista Española de Geriatría y Gerontología una revisión sistemática y meta-análisis en cuyas conclusiones declaran que:

“Los programas de prevención de caídas que incluyen ejercicio físico y tecnología ambiental/entorno físico, combinados con otras intervenciones apuntan a una reducción de caídas en ancianos con deterioro cognitivo residentes en centros de ingreso prolongado. Los programas de ejercicios multimodales que incluyen especialmente el entrenamiento de fuerza, equilibrio y marcha, realizados regularmente, y la adaptación ambiental son las subcategorías que parecen más prometedoras. Los hallazgos de esta revisión deben ser considerados con precaución, ante la insuficiente evidencia. Hace falta seguir profundizando».

CONCLUSIONES

En los últimos años existe un gran interés de la comunidad científica en relación con la prevención de caídas en personas mayores. Las intervenciones multifactoriales parecen ser las más efectivas para este propósito. Dentro de estas, el ejercicio físico y la adaptación del entorno son las actuaciones que obtienen mejores resultados. El trabajo de fuerza y equilibrio se muestra fundamental. Existen medidas farmacológicas a tener en cuenta a la hora de abordar el problema de la caídas. Las intervenciones deben adecuarse al tipo de población anciana al que vayan dirigidas. Es necesaria más investigación y de mejor calidad, sobre todo teniendo en cuenta la complejidad y heterogeneidad de los pacientes geriátricos.


Y tú, ¿qué haces para prevenir las caídas en las personas mayores? Cuéntanos tu experiencia, proyectos que lleves a cabo o comparte otras investigaciones que puedan ayudarnos.